Cuando apareció en pantalla ‘The amazing Spider-Man’ (Marc Webb, 2012) eran más las voces críticas que las partidarias hacia un reboot que se presumía demasiado inmediato, - solo habían transcurrido cinco años desde el final dirigido por Sam Raimi -, copiando Sony quizás la menos vilipendiada fórmula de DC - el Batman de Nolan fue un reinicio con apenas ocho años de diferencia respecto a su anterior aparición ‘Batman & Robin’ (Joel Schumacher, 1997) -. En este aspecto el resultado innecesario o no, si fue el de notarse como algo nuevo, diferente al menos, acallando el tópico de las ideas en Hollywood para mostrar de nuevo que la importancia esta en el desarrollo, y no en la tan cacareada originalidad.