Referido por si mismo en pos de dos grandes obras puntales del suspense como son ‘Impacto’ (Brian De Palma, 1981) y ‘La ventana indiscreta’ (Alfred Hitchcock, 1954), el Nacho Vigalondo director - siempre transgresor - propone llevar al límite los conceptos de los que bebe mediante el punto de vista, creando con ‘Open Windows’ un thriller convencional totalmente individual. Paradoja que se hace posible por la marcada diferencia entre lo osado a nivel visual y lo inconsistente de la trama.