Slide # 5

Jumanji: Bienvenidos a la jungla

Se les olvido tirar los dados. Leer más

Slide # 4

Tres anuncios en las afueras

La ira, la falta de comunicación y sus consecuencias. Leer más

Slide # 3

Westworld - 1º temporada

¿Profundidad o complicación? Leer más

Slide # 2

Fuerza Mayor

La caída del yo idealizado frente a la realidad del instinto. Leer más

Slide # 1

El cuento de la criada

Feminismo directo a la cara. Leer más

martes, 8 de julio de 2014

'Open Windows', convencional e individual


Referido por si mismo en pos de dos grandes obras puntales del suspense como son ‘Impacto’ (Brian De Palma, 1981) y ‘La ventana indiscreta’ (Alfred Hitchcock, 1954), el Nacho Vigalondo director - siempre transgresor - propone llevar al límite los conceptos de los que bebe mediante el punto de vista, creando con ‘Open Windows’ un thriller convencional totalmente individual. Paradoja que se hace posible por la marcada diferencia entre lo osado a nivel visual y lo inconsistente de la trama.

La crítica patente a la edad tecnológica actual - como los sociólogos así han pasado a denominarla -, no hace más que arañar la pantalla de nuestra moralidad sin llegar a perturbarnos. La superpoblación de métodos de vigilancia, nuestra perversión natural por contemplar desde la sombra la sexualidad, el enaltecimiento del famoso, la ingenua sobreexposición a la que accedemos diariamente en cada red social, la morbosa condición humana, o la percepción del ordenador como fuente exclusiva de realidad, son temas que están expuestos pero reducidos a leves retazos sin mayor transcendencia. La sensación es la de ver una única capa - la más sosegada - de un complejo con muchas más posibilidades.



Salvando el original impacto inicial, la historia sigue con ciertos toques slasher los patrones más visitados del thriller americano, y viene protagonizada por un asombrado Elijah Wood frente a la sexualidad latente pero también dramática de Sasha Grey. Ambos correctos en una cinta a la que no se la puede negar el sentido del ritmo pero si el de la coherencia, siendo obligado para su disfrute la realización de unos saltos de fe más que complicados. Todo parece quedar reducido a juntar piezas sin mayor pretensión que la de hacer avanzar la trama - lo cual funciona en cierta medida al no ser una película pesada y que si logra mantener la atención -, pero a la que sin embargo hubiera sentado mejor algo más visceral, que tuviera mayor calado y que aprovechara las cuestiones que se plantean.

Nacho Vigalondo - acreditado como guionista y director - fracasa en su versión a papel pero triunfa en imagen. La concepción visual de lo filmado y a continuación su excelente montaje logran a pesar del lastre un resultado fresco y entretenido, lo que convierte la cinta en un más que respetable producto comercial - uno de los objetivos buscados -. Narrada en tiempo real, todos y cada uno de los encuadres se materializan en la pantalla de un ordenador - el de Elijah Wood -, aprovechando el medio con inteligencia para transmitir estados como el nerviosismo del protagonista mediante el uso de la multi pantalla - algo que recuerda a la serie ’24’ -, o utilizando la navegación entre ventanas como recurso para saltar entre escenas y secuencias. Es por tanto en el campo de lo visual y lo narrativo donde el vendaval de ideas fluye con acierto, ofreciendo alocados encuadres o desenfoques que muestran interés e interesan.



Así lo que nos queda es un ejercicio de estilo visual y narrativo - como así mismo ha escrito la crítica en general - que lamentablemente no va más allá a nivel dramático o de guión. ‘Open Windows’ acierta al jugar con el punto de vista y colocarnos en la piel del sufrido protagonista, dejándose ver con cierta complacencia aún sintiendo el frío de una ventana abierta que invita a la desconexión.


Valoraciones:



Personal: 6,5

Filmaffinity: 5,8
Metacritic: ¿?
Rottentomatoes: ¿?
IMDb: 7,1


Más de Nacho Vigalondo



2 comentarios:

  1. Curioso, yo también la publico hoy. Estoy de acuerdo en que se plantea una discusión pero que, en realidad, tampoco parece pasarse de ahí. O eso, o yo no la he entendido bien, porque acabó pareciéndome una mamarrachada. Pero es una mamarrachada hecha tan aposta que me deja dudas sobre sus intenciones verdaderas... En fin, yo fui más severo y la suspendí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, te leí ayer yo también. Con la reflexión sobre el espectador medio y lo que divagas acerca de lo que podría haber divagado Nacho Vigalondo, el texto me ha gustado mucho. Además esta vez coincidimos en la apreciación general. Un saludo.

      Eliminar