Me hace gracia leer acerca del supuesto adoctrinamiento que ejerce ‘Up in the air’ en favor de la pareja cuando una de sus grandes virtudes es la de mostrar dos estilos de vida en principio opuestos, otorgando al espectador la libertad necesaria para reflexionar y sentirse más cerca de uno u otro extremo según se padezca. Y yo me pregunto, ¿esta mejor Ryan Bingham al comienzo o al final de la historia?, ¿y Natalie Keener?. Podría argumentar párrafos que “demostraran” como son más felices en soledad, pero podría escribir en su misma medida todo lo contrario. Radica aquí la grandísima habilidad de esta cinta carente de manipulación, que no de optimismo, al ofrecer un espectro tan amplio como generoso. Otorga y golpea por igual, al individuo y a la pareja, sin dejar indiferente a ningún bando.
El tema central, las relaciones, se vuelve a revestir de actualidad siendo en este caso el abismo ante el despido su gran impulsor. Comunicar tal noticia desprovisto del más mínimo apego es la profesión de nuestro protagonista, un nuevo personaje antagónico en la filmografía de Jason Reitman. Frío y certero, Ryan Bingham contrasta en sus formas con los sentimientos que provocan sus palabras - recibidas en la ficción por personas recientemente despedidas en la vida real -, vocablos que culminan generando un peso enorme más allá del económico, la incertidumbre. La misma por la cual víctima y verdugo quedan finalmente unidos.
El enorme, y algo exagerado, crédito de ‘Juno’ supone para con esta cinta poder contar con una mayor autosuficiencia. Por un lado el presupuesto es mucho más holgado - 25 millones respecto a los 7 que rondaban sus anteriores trabajos -, lo que se traduce en un aspecto técnico impecable que comienza por los títulos de crédito, los cuales vuelven a estar firmados por "Shadow Play Studios" ,la empresa que hizo lo propio en ‘Juno’ y ‘Gracias por fumar’. Montaje y música bailan de la mano no solo en este inicio, si no durante los 109 minutos de duración que ostenta el tercer largometraje de una carrera que estamos aquí repasando.
La otra gran consecuencia derivada de la reputación lograda es la de permitirse una mayor libertad creativa. Planos aéreos, iluminación, escenarios o el montaje son pruebas fehacientes de ello, para muestra lo relevante de ese montaje discontinuo del que hace gala con la maleta y que puede llegar a recordar a su época como cortometrajista. Un Jason Reitman que firma su obra más seria y madura pero no por ello menos desenfadada o emocional, priorizando siempre la velocidad para que no decaiga el ritmo y respaldada por una banda sonora que intensifica con tino la emotividad de muchas escenas.
George Clooney vacía su mochila para meterse al público en ella, la magnitud de su presencia en pantalla es magnánime y lleva el peso principal de la historia - y de su personaje - sin dejar de sernos ni por un segundo encantador. Anna Kendrick sorprende con su grandísima interpretación dando vida a la aprendiz con aura a "voy a ser mejor que mi maestro". Apocada, desinhibida, eficaz o temerosa su rol en la película es bien plausible. Finalmente Vera Farmiga tremendamente sexual, dueña de si misma y de sus actos responde al nivel de lo citado, sobresaliente.
Up in the air es un vuelo de altura, sin retrasos, en clase business, con la mejor de las compañías y los mejores acompañantes. Es un viaje más allá que un mero desplazamiento, elegante, divertida, reflexiva y humana, una historia inusual pero creible, cine auténtico.
Valoraciones:
Personal: 8,5
Filmaffinity: 6,5
Metacritic: 7,4
Rottentomatoes: 8,1
IMDb: 7,5
Rottentomatoes: 8,1
IMDb: 7,5
Especial Jason Reitman
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