‘Lucy’ alcanza durante sus ajustados 90 minutos de duración el 100% de la atención de un respetable que, entretenido, asiste a una alocada narración donde la presencia de Scarlett Johansson domina y controla al completo la función. Ella es la protagonista e hilo único conductor de un espectáculo visual que se apoya sobre una base pseudocientífica - de la que no se pretende tomar parte ni desarrollar -, para asistir a la evolución de Lucy como trama central.
Nada tiene que ver el centrarse y tratar de explicar el componente pseudocientífico con aceptar este como posible, y desde ahí, focalizar la mirada en como tal fenómeno podría afectar a una persona en cuestión. Es por ello que las explicaciones metafísicas quedan reducidas al mínimo pero en cambio la evolución del personaje si sufre cambios y se encuentra lleno de sutilezas. Punto el de la evolución reforzado a lo largo del filme de forma manifiestamente obvia por medio de insertos - los justos como para resultar curiosos, personales y llenos de ritmo -, o el mero informador que representa Morgan Freeman exponiendo esa transmisión de conocimientos entre generaciones que nos hace presuntamente prosperar.
Scarlett Johansson realiza una interpretación omnipresente de un monstruo asombroso que embebece mientras se torna paulatinamente en un ser, sin humano a continuación, cuyo máximo objetivo será el mismo que aquel primate de la era inicial, dejar legado. Su desarrollo y control de habilidades tiene una progresión lógica - dentro del mundo planteado - y llena de matices, no en vano es un guión masticado por el propio director durante nueve años. Hecho palpable en - SPOILER - la sangre que provoca en la azafata por inexperiencia, o la progresiva indiferencia hacia el asesinato desde la entrada al hospital hasta un final donde no importa quien sobreviva llegando incluso a servirse, aprovecharse, de los demás para lograr su cometido. - FIN SPOILER -
Luc Besson ofrece una película vertical, con un gran sentido del ritmo, estilo, y con la capacidad de generar adicción por descubrir que ofrecerá el siguiente porcentaje. Un desparrame conceptual que maravilla en pantalla y esta muy inteligentemente dirigido - por ejemplo al huir de soluciones condescendientes que suelen ser ridículas se opta por la omisión de ellas mediante el uso de elipsis -. Una dirección infinitamente más pendiente de la acción que de la ciencia ficción, con secuencias muy destacadas como la que surge a bordo de un vehículo que tiene un travelling alucinante o la habilidad de colocar la cámara en una posición trasera para en cierto aspecto limitar la visión - y ahorrar dificultades al rodaje -, tanto como incrementar la emoción.
Lucy no es una película sesuda si no salvaje, y de como el espectador entienda esta disyuntiva radica quizás el mayor impedimento para su disfrute. Bien es cierto que a nivel argumental presenta flaquezas y situaciones infructuosas, sin ir más lejos todo el entramado criminal con Choi Min-Sik a la cabeza y un Julian Rhind-Tutt más desaprovechado aún frente al policía francés Amr Waked, pero sin embargo su narrativa fluye tan bien, se disfruta tanto, y es tan desbordante, que cuando quieres ver todo aquello que le falta ya habrá terminado haciendo muy bueno todo aquello que si tiene.
Valoraciones:
Personal: 8
Filmaffinity: 5,6
Metacritic: 5,7
Rottentomatoes: 6,1
IMDb: 6,6
Me ha gustado el concepto de película vertical!
ResponderEliminarDirecta y sin frenos, :D. Gracias Mario.
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