Sirva como antedicho a lo expuesto a continuación que el análisis que procede desvincula la obra literaria de su resultado cinematográfico. Un texto de reconocido prestigio y que, escrito por Orson Scott Card en el año 1985, se amparaba en la ciencia ficción para ahondar en conceptos amorales, psicológicos y bien podríamos decir, de una mayor trascendencia y desarrollo que su homólogo en pantalla. Una visión que apuesta por el entretenimiento de corte familiar, casi inofensivo aún sin estar exento de matices a completar por el código cultural indeleble a cada uno de nosotros. Un divertimento que no da más ni menos de lo que puedes esperar de ella.
La trama se localiza en un escenario de ciencia ficción que sitúa a la raza humana estructurando un plan de contraataque con objetivo “insector”, una raza alienígena a la que se repelió en su intento por colonizar la Tierra, y a la que se pretende exterminar como medida de prevención y protección en busca así de evitar futuros conflictos. La paz por imposición militar, incomunicación o el fin justifica los medios son mensajes inherentes que cada uno decide en que medida desarrollar. Siendo así el contexto, asistimos al bélico educar de Ender Wiggin. Un líder natural con dotes innatas para la guerra y que por su juventud, ausente de las ataduras éticas y morales que da el tiempo en sociedad, puede ser conducido, moldeado, acaudillado para proceder según los fines requeridos. Sigue así el mensaje en código, niños con armas por juguetes y la facilidad de alienar mentes por formar.
Es el caminar dubitativo entre la balanza de lo trascendental y el más puro entretenimiento donde la película se enmaraña, se resiente y flaquea por momentos. Según quien sobrará o faltará de uno u otro, para el que esto subscribe, es en la faceta de entretener donde más cómodo me he encontrado, destacando los entrenamientos base que por momentos recuerdan a la saga Harry Potter o los más avanzados que bien podrían ser una versión intergaláctica del juego “Hundir la flota”, mucho más dinámicoa, fiel y divertida que ese blockbuster barra Transfomer que dio luz el pasado año, ‘Battleship (Peter Berg, 2012)’.
La estrategia es el mayor pico de interés al que se le suma la ingravidez, el mando, la acción, el tono de aventura o la relativa originalidad para conformar un gran espectáculo, muy bien resuelto a nivel de efectos, y que se disfruta holgadamente. Muy a mi pesar, su director Gavin Hood padece cierto complejo y abusa de la épica con la banda sonora en lugar de lanzarse al vacío y afrontar estas secuencias con una mayor confianza en su valía, grandes piezas por si mismas. Volvemos a la duda, perjudicando el ritmo y la viveza e incapacitando finalmente la posibilidad de explotar al conjunto.
Mirando hacia dentro vemos como Asa Butterfield - ‘El niño con el pijama de rayas’ (Mark Herman, 2008) o ‘La invención de Hugo’ (Martin Scorsese, 2011) - da una nueva muestra de tener un gran porvenir, su mirada se mimetiza con sus sentimientos y sus acciones van acorde con la madurez que se le presupone al personaje. Harrison Ford por su parte, siempre un placer verle en pantalla, ofrece un registro cansando superado por Ben Kingsley, quien con un metraje considerablemente inferior, cobra una mayor presencia que nuestro Indiana Jones en sus horas más bajas.
El juego de Ender no decepciona, se obstruye a si misma al aglomerar conceptos, peca de transcendental en el diálogo y su final supone un anticlimax, pero no confundamos, el poso es más que decente, prima el interés que consigue suscitar y ofrece puro entretenimiento. Una obra que por su estilo, mezcla de acción, aventura y ciencia ficción con una clara vocación por la diversión, recuerda a los años 80.
Valoraciones:
Personal: 7
Filmaffinity: 6,3
Metacritic: 7,2
Rottentomatoes: 6
IMDb: 7,2
Tengo ganas de verla. Aunque solo sea por volver a ver a Harrison Ford en una película de ciencia ficción.
ResponderEliminarNo es de sus mejores papeles, pero como digo en la crítica, siempre es un gusto verle. :D
EliminarA mí me ha gustado bastante aunque, lo admito, no he leído la novela. Me gusta cómo se muestra el progreso de Ender y que no cae en la típica historia maestro/alumno. Butterfield me parece muy convincente y Ford, como siempre, estupendo.
ResponderEliminarBuena reseña, compañero.
¡Nos leemos!
Traffic club
Vigilando el cielo
Muy divertida sobretodo en sus tramos de aventura. ¡El libro para navidades entonces!.
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