- Esta crítica puede contener spoilers -
Palabras, ya lo decía el mito de la torre de Babel cuando anunciaba que del entendimiento colectivo seriamos capaces de alcanzar lo que nos propusiéramos. Y míranos. Hoy, vivimos en la era de la sobredesinformación y el agravio gratuito, un tiempo donde los trolls ya son colosos que, con júbilo, retozan gustosamente poniendo en práctica su filosofía del “por mis cojones”. Una forma de entender cuyo principio inquebrantable es el de tratar de imponer una opinión sin escuchar la réplica.