Increíble en su acepción “muy difícil de creer”, ni siquiera el hecho de tener base real (el protagonista esta inspirado en Daniel Burros un norteamericano antisemita de educación judía) consigue dar veracidad a la historia, y no creer lo que se expone la hunde, antojándose vista en perspectiva como un disparate. La película es incapaz de aprovechar una bipolaridad centrada en dos temas que por su morbo, trasfondo psíquico, sociológico e histórico son de interés innato, resultando así una película muy desaprovechada.