No existe contexto explícito, aunque todos intuimos el Líbano, con el fin de universalizar una ficción biográfica que transita por el horror y la rabia de tres elementos desgraciadamente indisolubles: hombre, guerra y religión - ese fundamentalismo convencido representado en la culata del fusil los une en una imagen -. Denis Villeneuve adapta aquí, su cuarta película, una adaptación teatral obra del aclamado dramaturgo Wajdi Mouawad, y que lleva a pantalla sin apenas rastro de su origen sobre escenario.