La actualidad en ebullición con el cierre de Breaking Bad, comentado por millones provocando que acceder a una red social sea un deporte de riesgo si quieres evitar spoilers. Y mientras tanto, en Detente, la primera temporada llega a su fin.
Una primera temporada de tan solo siete capítulos y dos personajes y medio, Walter White (Bryan Cranston), Jesse Pinkman (Aaron Paul) y Skyler (Anna Gunn), siendo únicamente uno el verdadero sustento de la serie que impide a esta sufrir desinterés. Walter recibe la noticia de su muerte lo que le provoca un click interno, arranca las ataduras morales que dictan su caminar y rompe con la opresión de ser quien quieren y no quien quiere. Muta así hacia el animal que todos somos, llegando a recordar en algunos pasajes a Michael Douglas en 'Un día de furia' (1992, Joel Schumacher). Esta transformación no resulta inmediata y su pugna con la ética alcanza su cenit en el tercer capítulo, estrangulando posibilidad alguna de resurrección moral.
Una primera temporada de tan solo siete capítulos y dos personajes y medio, Walter White (Bryan Cranston), Jesse Pinkman (Aaron Paul) y Skyler (Anna Gunn), siendo únicamente uno el verdadero sustento de la serie que impide a esta sufrir desinterés. Walter recibe la noticia de su muerte lo que le provoca un click interno, arranca las ataduras morales que dictan su caminar y rompe con la opresión de ser quien quieren y no quien quiere. Muta así hacia el animal que todos somos, llegando a recordar en algunos pasajes a Michael Douglas en 'Un día de furia' (1992, Joel Schumacher). Esta transformación no resulta inmediata y su pugna con la ética alcanza su cenit en el tercer capítulo, estrangulando posibilidad alguna de resurrección moral.
En el ecuador se encuentran dos capítulos (1x04 - 1x05) que sirven a modo de transición, son los más flojos pero a la vez necesarios para establecer las motivaciones que justifiquen las acciones futuras que están por suceder. Le añade además un aire lógico a cada acción, le aporta un cuerpo y un sentido. Es aquí donde se intensifican las relaciones personales de los protagonistas, ahondando en su pasado y su vida familiar.
El final de la temporada acrecienta el carácter neo-noir que ya estaba presente, dando lugar a escenas de una mayor fuerza narrativa, internándose en un mundo alejado del personal, un mundo, el de los gangsters, que puede aportar una mayor variedad a la segunda temporada. Y del que espero ver desaparecer, o al menos evolucionar, a Tuco, demasiado caracterizado para resultar creíble.
Una temporada lejos de ser la gran obra maestra que paralizó el mundo con su último episodio, correcta y a ratos con fuerza, espero más señor Vince Gilligan.
Voy a soltar spoilers
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